lunes, 6 de enero de 2014

Sin Sopor, Sin Éxtasis "Mujer Esqueleto"
































































































Acaso lo he soñado: volvías a la tierra, hablabas
de ese mundo que los dos vivimos en otra edad,
oscuros ángeles nos rodeaban allí, contaban
nuestra historia adolescente, sin duda no sabían
que en este planisferio, cuando la vida acaba,
acaba para siempre.

Álvarez Ortega.
 
De la Serie "Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Dibujos a tinta china s/ papel Zarkall de Inés González

2 comentarios:

Tempero dijo...

Rendida debió de quedar usted en este trabajo que a una mujer esqueleto evoca (no ha mencionado esquelética). Se la ve en esa última fotografía sedimentada de paz. ¿Se lanzó usted misma la foto con el brazo zurdo?

¿Que si acaba la vida acaba para siempre? Eso es cristalino, tanto como su forma hermosa de fagocitar a la durmiente con su ramaje que Tim Burton lo acogería como propio para una de esas películas tan de miedo y que tanta vida otorga a los árboles.

Aparte de decirle ya que alabo su fascinante trabajo (lo suyo sí es fascinante de verdad) quiero acercarle un poema que esta mañana leí sobre un jovencísimo poeta cuando lo escribió y que fue grande (no exento de conflictos)después.

Dicho poema dice:

Ser un árbol con alas. En la tierra potente
desnudar las raíces y entregarlas al suelo
y cuando sea mucho más amplio nuestro ambiente
con las alas abiertas entregarlas al vuelo.


Que usted siga disfrutando de ensoñación y buena música.

Un beso estilizado (que no esquelético).

Inés González dijo...

Sabe una cosa Tempero? este trabajo nunca me deja rendida, todo lo contrario, imprime y me da una energía extraña, como si me alimentara, con decirle que si fuera por mi, me quedaría de la mañana a la noche en mi taller, sin acusar siquiera hambre.
Y no le exagero esta afirmación, es la verdad.
Otras cosas sí me rinden y me agotan. Pero dibujar, crear, nunca.
La Mujer Esqueleto, es una especie de Dríada, aunque creo tiene sus diferencias.
Esta obra es un homenaje, como las que vendrán en las próximas entradas, hay una mujer que admiro acechada por la muerte...
Y como el poema de Álvarez Ortega todo se acaba,y no hay vuelta atrás.
Ortega con esos versos finales da el machetazo como la muerte misma.
Ha captado bien la obra, habla de fagocitación hermosa, una especie de contradicción o paradoja, es lo que trato de hacer: plantar cara a la tragedia con la belleza, la belleza también contiene el espanto, no nos olvidemos.
Gracias por la voz del joven poeta, hay que leer a los jóvenes!
Y gracias también por su beso estilizado, aunque la verdad no me imagino como es un beso estilizado, quizás como un gesto suelto, un solo trazo de tinta china.