

La Hoguera
No pudo encender los dos primeros fósforos
y el tercero prendió pero se apagó en seguida
y recién el cuarto puso fuego a las hojas.
Con paciencia echó más hojas, más trocitos de leña,
hasta que la llama fue suficientemente grande
y pudo agregar leña gruesa y finalmente
las ramas secas.
Miró a su alrededor, a las montañas hostiles,
y pensó en la clase de vida
que debería llevar allí un hombre, tan parecida
a ese fuego.
Rafael Bielsa.
Fotografía Inés González