miércoles, 22 de junio de 2011

Árboles cercenados


Foto de Sofía Columela







































cercenar v. tr.
1 Cortar la extremidad de una persona o cosa: se cercenó los dedos con una sierra.

Esta es la historia de unos árboles cercenados, en realidad los árboles son un pretexto...la verdadera historia es una historia de amor.
Un amor truncado, amordazado, pero amor al fin.
Esta obra consta de tres matrices de PVC esponjoso de 30 x 30 c/u talladas con gubias.
Los árboles, unos chopos que nacieron juntos, casi pegados, al alcanzar su estatura adulta unieron sus copas como si fueran una sola.
Un día de invierno crudo los descubrí en un paseo por el campo.
Curiosamente su copa común estaba cruzada por una rama horizontal que a modo de látigo cercenaba su libertad.
Ni bien los vi me asaltó la idea, la asociación de las relaciones afectivas o amorosas truncadas.
Estas son las primeras pruebas, lo que en gráfica se denominan P/A, o pruebas del artista.
La estampación a rodillo con tinta negra nos revela exactamente el dibujo realizado.
Luego vendrá la búsqueda frenética del color y de los soportes que superpondré para la construcción final de la obra.
Los árboles fueron cercenados aún más por mi mano, tres imágenes a modo de variaciones sobre el mismo tema, o las múltiples lecturas que esconde un amor truncado.
En la primera plancha los chopos surgen en todo su esplendor con la rama mutilante, hay una repetición de la rama, siempre vuelvo una y otra vez en mi obra con el concepto de la repetición.
La segunda: tres árboles , dos alineados, con el tercero que irrumpe desde arriba invadiendo el espacio en blanco.
Al imaginarlos me vino a la memoria Frida Kahlo y su amante, el fotógrafo Nickolas Muray.
Una vez terminada la relación amorosa escribía Muray a Frida Kahlo : "Sabía que Nueva York no era para tí más que un sustituto, y espero que a tu vuelta hayas encontrado el refugio que buscabas. Eramos tres, pero en el fondo, erais vosotros dos. Siempre lo he intuido. Tus lágrimas cuando escuchabas su voz me lo decían. Te estaré eternamente agradecido por la felicidad que, sin embargo, me has dado".
En toda relación de tres siempre hay un cercenamiento.
La tercera y última matriz revela una imagen de los árboles unidos por hilos o cuerdas, nuevamente se repiten dejando el espacio central en blanco.
Las cuerdas nos recuerdan que en todo cercenamiento existen siempre ataduras, o vasos comunicantes en la mutilación.
La fotos no son buenas, una pequeña cámara me acompañó en el registro de este trabajo, no obstante sirven para compartir el gozo de estos días de construcción apasionada en mi estudio.