



Hay un instante, cuando el sol enrojece
Hay un instante, cuando el sol enrojece los muros,
que descubre la huella última del amor.
El río lleva el aliento del bosque a otro clima. El aire límpido,
alcanza la cima del almiar.
Sólo el campo desierto -las ocas salvajes en sus nidos de agua-
conoce el sabor del verano.
Desde la colina, un árbol más, contemplo el fuego de la
tierra abrirse paso hacia nuestro muerto corazón.
Manuel Alvarez Ortega ( Córdoba 1923) Eremita de la belleza y poeta de poetas, pertenece a la denominada primera promoción de postguerra, en donde, por su brillantez metafórica y su riqueza imaginística, alcanza una de las cumbres más altas de la poesía española. Heredero de los románticos alemanes y los metafísicos ingleses, de los simbolistas y surrealistas franceses, su poesía nace del recogimiento interior, la expatriada soledad, el intento de profundizar en la experiencia humana y desentrañar el misterio de la existencia. Una poesía que, por su lenguaje, tan personal, y por sus hallazgos líricos, en lo más avanzado de la vanguardia, lo hace único en esa vertiente visionaria de la lírica de nuestro siglo.
(Ruiz Soriano: La síntesis del alma)
Río Amazonas, 2011.