domingo, 10 de abril de 2011

Pozomemoria, me moría















Pozo de Vargas


Te diré que han comido aquí tu carne,
sin saberlo,
tu pecho, sin saberlo,
tu pie;
pero cavilan todos en tus pasos
coronados de polvo.

César Vallejo




Hoy hablan tus huesos
y los ojos se detienen
en un cuadro
es un cuadro de una riña de gallos
donde se ve el temblor de las patas
o las crestas o el temblor
de la muerte del gallo blanco
que tiene el pico abierto

o come las vocales
del eco de tus manos
o de la lengua mutilada
por las ratas

rompe la nariz venga la lúpeta
caiga el ruínico de la trompa
del melícubo sayo suyo
del triste estás detrás
de la puerta sin nadie en la liana
que rompa la cúprica
del bénice del órrido solo
de la plúmbica no estrábica
ni circular sin óleo mármol mago
directamente no no tires
de la túnica del ácido del olor
del aire trémulo émulo

no rompas la mampara
el chasquido de la música
rock que sale por el balcón
ñoño wampole de la clase xíntara
de la lámpara en llamas que despertará
a la jetracina del kelatara
al perfume de la zopisa
o la clepsidra que ha perdido
memoria

pero dónde encontrar
el pico del gallo
sino en tu blusa
que guarda los redondeles
café con leche de los pezones

oh vera de los gallos
boca abierta del viento
que sacude el cuerpo de ordiseo
y hace crujir las escaleras
o las maderas del museo

ayer eras el sol la piel rayada
de los tigres de bengala
o la luz que irrumpe
la primera sala
de la exposición de greta güersman

o devora el piso de baldosas
de la escuelita de famaillá
esa escuelita a esa hora
de la muerte o las bocas
o la muerte de bocas abiertas
o los gallos teñidos de rojo crick
el pico no pica crick
la picana sí pica crick

crick sobre los ojos
hiere la luz crick
la piel se contrae y
se abre la boca o
el pico tiembla por los golpes
crick las descargas crick
crick el pico o el gallo abierto

abierto para que pasen
los ojos de ordiseo
o el abecedario de tu lengua
no hay nada que destruya la memoria



SAN MIGUEL DE TUCUMAN , 8 de abril de 2011(DyN) El juez federal de Tucumán Mario Racedo confirmó oficialmente el hallazgo de restos óseos humanos en dos sitios que venían siendo pesquisados desde hace años en la búsqueda de los cuerpos de desaparecidos durante la última dictadura.

El magistrado informó que en el llamado Pozo de Vargas (una zona a cinco kilómetros del microcentro) se encontraron numerosos huesos, algunos en buen estado de conservación, cuya identificación por ADN fue encomendada al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), para chequearlos con el Banco de Datos Genéticos de la Nación.

El lugar es un viejo pozo de agua que funcionó entre fines del siglo XIX y en desuso desde la década de 1940, que sirvió para abastecer a locomotoras de vapor que llevaban caña de azúcar a los ingenios.

La profundidad de la construcción (una especie de chimenea invertida bajo tierra) es de 40 metros; las excavaciones llegaron hasta los 30 metros, donde encontraron los restos, y ahora seguirán hasta el fondo, con expectativa creciente.

Racedo también anunció que se descubrieron huesos fragmentados, quemados y calcinados, compatibles con restos humanos, en una zona del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde funcionó en los '70 el centro clandestino más grande del Noroeste Argentino.

Las inspecciones fueron concretadas luego de haber desminado parte del extenso terreno. Y junto con los huesos se hallaron restos de goma y de alambre (corresponderían a cubiertas de neumáticos) y vainas y proyectiles de armas de fuego de calibre variado.

La confirmación fue recibida con emoción por familiares de detenidos desaparecidos, que ahora aguardan más datos para saber si son restos de sus parientes.

"La desaparición forzada de personas fue instrumentada por un meticuloso plan político que tenía dos objetivos, al ocultar los cuerpos de los perseguidos y torturados: sembrar el terror en el resto de la sociedad y garantizar la impunidad. Han fracasado porque nuestros desaparecidos están presentes en la memoria de nuestro sociedad y de nuestro pueblo. La verdad ha sido demostrada. Los cobardes asesinos y genocidas están siendo juzgados", señalaron los militantes de derechos humanos en un comunicado conjunto.

Mi hermano Hernán González fue secuestrado el 17 de setiembre de 1976 con 21 años de edad.
Según testigos en los Juicios realizados, murió por las torturas en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Del libro "Tribulaciones de la lengua" Juan González.
Serie "Well", acuarelas, tintas, barnices sobre papel de Inés González