jueves, 9 de diciembre de 2010

Canciones de caravana














El sol era abrasador, a pesar
de la hora,
y había por allí sillas de mimbre, reposeras
laqueadas,
y el viento sacudía los grandes toldos color de
pavo real
(oigo esos golpes).
A un balcón empinado, en forma
de pecho de oca,
se asomaba mi madre; pestañas
blancas de polvo,
pasos
por calle estrecha.
De atrás de los ricinos llegaban
canciones bárbaras
de caravana;
no recuerdo haber necesitado menos
en otro momento de mi vida.

Rafael Bielsa
Cementerio de Ghadames, Libia, Noviembre de 2010.