domingo, 25 de noviembre de 2012

"Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Ella, La Afgana







































































Ventana

Una ventana para ver
una ventana para oír
una ventana que llega a su fin
al corazón de la tierra, como el aro de un pozo
y se abre hacia la extensión de ese efecto repetido y azul
Un ventana que llena las pequeñas manos de la soledad
con el nocturno desprendimiento
de dadivosas estrellas
Y desde ahí
se puede invitar al sol al exilio de los geranios
Me basta una ventana

Vengo de la tierra de los muñecos
cruzando las sombras de árboles de papel
que se elevan en el jardín de un libro ilustrado
desde las estaciones secas de las yermas experiencias
de la amistad y el amor

En las polvorientas callejuelas de la inocencia
de los años en que crecían las pálidas palabras
detrás de las mesas  de colegios tuberculosos
del instante en que los niños llegaron a escribir la palabra
"piedra" en la pizarra
y los mirlos agobiados se fueron volando del viejo árbol

Vengo de entre las raíces de plantas carnívoras
y aún ocupa todo mi cerebro
el grito de espanto de aquella mariposa
que fue crucificada en el cuaderno con un alfiler

En aquellos días en que mi confianza se colgaba del débil hilo de la justicia
y por toda la ciudad
descuartizaban el corazón de mis lámparas
En aquellos días en que cerraban los infantiles ojos de  mi amor
con el oscuro pañuelo de la ley
y saltaban chorros de sangre
de las fruncidas sienes de mi deseo
En aquellos días en que mi vida ya no era nada,
nada excepto el tic-tac del reloj de la pared
comprendí que debo, debo, debo
amar locamente.

No basta una ventana
Una ventana sobre un instante de consciencia, mirada y silencio
Ahora el joven nogal
ha crecido tanto que interpreta el significado del muro para sus tiernas hojas
Pregunta al espejo
el nombre de tu salvador
¿Acaso no está más sola que tú la tierra que tiembla bajo tus pies?
Los profetas han traído
a nuestro siglo
mensajes de destrucción
¿Acaso estas contínuas explosiones
y estas nuebes venenosas
son eco de los versos sagrados?
¡Amigo! ¡Pariente! ¡Hermano!
Cuando llegues a la luna
escribe la historia del genocidio de las flores

Los sueños se caen siempre
desde su alta ingenuidad y mueren
Yo huelo un trébol de cuatro hojas
que ha brotado en la tumba de mis viejos conceptos

¿Acaso mi juventud fue aquella mujer enterrada en el sudario de su recato y su pureza?
¿Volveré a subir las escaleras de mi curiosidad
para saludar a Dios, que pasea por el tejado de su casa?

Siento que el tiempo se ha ido
Siento que el "instante" es mi parte en las hojas de la historia
Siento que la mesa es una distancia falsa
entre mi pelo y las manos de este triste forastero
Dime una palabra
¿Quién te concede el afecto de un cuerpo vivo?
¿Qué te pide, sin sentir las sensación de estar vivo?

Dime una palabra
yo, en la ventana, al resguardo
tengo un trato con el sol.

Forugh Farrojzad "Nuevo Nacimiento", traducción de Clara Janés y Shand

De la Serie "Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Dibujos a tinta china s/ papel Zarkall
de Inés González


1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Inés:

Qué precisión y delicadeza en tus dibujos, y qué difícil técnica, me parece, además sobre un papel tan algodonoso (que lo he mirado, je).

Me gusta lo complejo de tu dibujo junto a la sencillez de la representación. Es decir la limpieza de la flor sola junto a otra flor sola.

Los fragmentos. Los detalles.

Me evocan a los fascinantes dibujos naturalistas.

En relación con la mujer afgana podría parecer que el simbolismo sería el de un capullo que no se abre.

A veces me pregunto cómo será la comunicación entre ellas.

Hace tiempo ví la foto que te adjunto, me sugirió una imagen de mariposas, mujeres obligadas a ser mariposas.

Si alguno de mis comentarios sobre tu obra te agrada pónlo en tu blog de mi parte porque en principio yo no sé cómo hacerlo y me hubiera gustado.

Besos,

Goyi