domingo, 15 de diciembre de 2013

Entre El Sopor y El Éxtasis V "Dríada"
































































































Los ángeles son blancos. En la nieve no son visibles. No se ven las piedras hundidas, rotas, perdidas para siempre.
¿Y los ángeles? ¿Cantan para ser vistos? ¿Y qué pueden cantar esos cantores de la nada? ¿Y si silbaran no lo harían como una especie de viento que roza las grandes rocas? Se camuflan bien estos seres en nuestros ojos y en la nieve. La sombra del árbol dormido. El ramaje de nuestros principios . De la poesía ha quedado poco. ¿Qué me queda de realidad? Y tras la poda visceral un ramaje de muerte. ¿Y cómo se cargarán de nieve las ramas que no existen? Nieve que se queda por muchos días en la nada pisada por las aves. Los árboles se cargan, las ramas se cargan, las palabras se cargan. Voy con un farolillo por una luna plana. No llegará ya nunca el día.

Buscando ángeles


Miguel Ángel Curiel


Serie "Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Dibujos a tinta china s/ pepel Zerkall  de Inés González

Esta  obra se hizo con la colaboración fotográfica de Juan Carlos Gargiulo :
 
http://issuu.com/jcgarg/docs/venerables

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bellísima esta dríada que no muere aún cuando muere el árbol.Una conjunción que sobresale sobre el resto de la obra, al menos para mi gusto.

Un poema le viene al pelo a tu dibujo, un poema aunque titule MORIR a lo siguiente:

eres tu horizontal y tu horizonte
por primera vez juntos

dos rayas superpuestas

y un ahora y un nunca desleídos
que te dejan a solas
vertical
humareda sin dioses
con tu vida.


Y usted, ¿conoce árbol donde tenderse?

Inés González dijo...

Estimado/a anónimo/a
Muchas gracias por sus palabras hacia esta obra, y por su agudeza en la mirada, la pequeña ninfa poseedora del alma del árbol lo hará un ser inmortal.
Me ha dejado pensando este poema que me regala, quién es el autor?
Hay en él también, como en el dibujo una trascendencia a la muerte, la imagen de las paralelas marcan esa eternidad.
Tengo un gran árbol donde tenderme, y mientras puedo acudo a él, y después de abrazarlo me tiendo.
Un viejo albaricoquero, salvaje diría yo, a la vera del camino.
Saludos agradecidos

TOMÁS RIVERO dijo...

Patética la poda que se realiza a esos fresnos, Inés. Tal vez cada uno de ellos necesite una magnífica y bella dríada que los alimente cada primavera. ¿No venimos acaso de una falta de alimento? Cuando se poda así, ¿acaso no se poda el hombre?
Tu dríada se convertirá, sin duda, en un nuevo árbol, antes de que algún mortal pueda ver su desnudez. ¿Tuvo algún mortal ese privilegio?

Saludos.

Inés González dijo...

La poda es criminal, como toda mutilación Tomás, pero Juan Carlos Gargiulo desde el arte los ha transformado en un ejército silencioso, como ese bello y conmovedor poema de Cavafis, cuando habla del ejército nihilista.
Ni bien vi las fotografías que me fascinaron, bulló mi creatividad como un saltamontes: para inmortalizar a esos árboles hacía falta una dríada!
Así nacieron estos dos seres deliciosos.
No te extrañes que algún mortal curioso y gran observador de los árboles haya visto a las ninfas a hurtadillas.
Seguro que sí.
Un gran saludo

Tempero dijo...

¿Patética poda?
No quiero alentar polémicas de estética pero si llevo viendo toda mi vida ese tipo de poda basada en el trasmocho. Los fresnos lo permiten y documentada está ese tipo de poda. Dos ejemplos:
http://www.sermadridnorte.comnoticias/el-trasmocho-tradicional-de-fresnos-en-la-sierra-norte-de-madrid-mantener-el-paisaje-tradicional-y-generar-empleo_35121/

http://m.europapress.es/madrid/noticia-comunidad-impulsa-poda-fresnos-mantener-paisaje-20130806144406.html

Inés es en sí una dríada que ama a la gente muy arbolada.

Inés González dijo...

Tempero, la verdad me dejas pensando, no sé nada de trasmochos ni podas, pero por curiosidad, ese señor del medio ambiente a qué partido pertenece?
Te lo digo por sus declaraciones, desconfío de los buenos negocios y las oportunidades para emprendedores y finqueros, y de todo aquello que se transforma en dinero, turismo, y un largo etc mentiroso que solo esconde la destrucción del paisaje noble en beneficio de unos cuantos señores.
Me extraña que vos pongas estos enlaces.
Ya me-nos contarás.
abrazos

Tempero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Vuelvo y el dibujo me conmueve.
Sus dibujos son pura gestación:
sus formas
sus recogimientos
sus retorcimientos
parecieran los cabellos unidos cientos de cordones umbilicales,
madre
oxígeno
obra.
Decirle que aquel poema era del poeta Jesús Aguado.
De su último poemario era ese MORIR.
Poemario titulado VERBOS.
Otro verbo que define este poeta es el de ENREDAR. Dice así de este verbo el poeta:

se entretiene mi mano en tu cabello
y ya no sabe regresar a mí


Creo que a usted mucho le pasa de esa forma de enredar en sus obras.
Su relación con ellas es amorosa,
total.

Un saludo.

Inés González dijo...

Muchísimas gracias anónimo/a por sus nuevo comentario, y por esas valoraciones e impresiones que le afloran frente a esta obra. No se ha equivocado hay en todo este proceso creativo, un acto, una relación amorosa, muy estrecha y honda. Creo que sin ella no podría realizar estos dibujos que requieren de una concentración y entrega absoluta, sin dejar de lado la minuciosa técnica, para muchos infernal y sin sosiego, me refiero al adentrarse en el planteo, a esa relación del cerebro-músculo automática, como tan bien definía Bill Evans refiriéndose al jazz.
Preciosos los poemas de Aguado!
saludos agradecidos

Tomás Rivero dijo...

Mientras la poda se queda en patética o no, dependiendo del uso que a la ignorancia le da el hombre, incluida la propia ignorancia que yo mismo, con cara de belleza barroca, porto de aquí para allá, decir que hasta que los cabellos de esa ninfa, en simbiosis con el árbol, se conviertan en raíces que le den a la poda la vida que parecen precisar, transitará por nuestro bosque un largo otoño de estética más o menos arbolada.

Mas, como nos ofrece Inés en sus dibujos, siempre nos quedará la esperanza de una dríada que aporte la savia alternativa contra la destrucción del paisaje.

Inés González dijo...

Ojalá mis Dríadas tuvieran algo de poder o esa savia alternativa contra la destrucción del paisaje Tomás, la esperanza nunca debemos perderla, pero a pesar de dedicar mi vida al arte nunca he levantado ni creído en la consigna del "Qué pasará cuándo el Arte ataque!" ni siquiera en la posibilidad de ser un bastión para transformar una sociedad.
Mucho menos en este sistema que todo lo ha fagocitado y mercantilizado, banalizado hasta lo indecible, y muchas cosas más.
Disfrutemos pues de estas líneas compartidas, de esta silenciosa y placentera construcción.
Y pensemos que las Dríadas suturan las podas...