domingo, 29 de septiembre de 2013

Durmiente III "Tendida entre los abedules"




















































































































A la manera de Prévert y a la mía

Fui al mercado de pájaros
y compré pájaros
para ti
amor mío.
Fui al mercado de flores
y compré flores para ti
amor mío.
Fui al mercado de hierros viejos
y vi cómo los hombres compraban cadenas
tijeras
jaulas
para sujetar lo que aman.
Ya no quise ver más y me tumbé en la tierra
amor mío.
Fuéronse los pájaros.
Se secaron los árboles.
Comenzó otra vez la dura edad del hierro.
Morí, renací.
Me salieron
cortezas en la boca,
ramas por los oídos.
Mi mano
se hizo ala,
raíz aérea.
Pudriéronse los huesos
la carne
el río se agotó
se oxidó el metal.
Brotó el sonido,
el llanto de un niño,
el gemido de la parturienta,

una consolación
fue envolviéndonos
el sonido del metal del amor
hecho con todo sus pedazos
la vibración
el fuego y el metal devorándose
el son
ido
del amor
extinguido
y reencontrado otra vez
sobre la tierra
amor mío
cuando tú me lamías, así

Damaris Calderón "Los amores del mal" 


"Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Dibujos a tinta china de Inés González

8 comentarios:

Carmen dijo...

¿Llevan estos durmientes en su carga genética (también) el mundo onírico de sus antepasados?

Después de poner los signos de interrogación creo que no son necesarios, no siendo ésta más que una opinión personal claro.

De un aleteo llego (de nuevo) a los pensamientos de Bachelard...



Las grandes imágenes tienen a la vez una historia y una prehistoria. Son siempre a un tiempo recuerdo y leyenda. No se vive nunca la imagen en primera instancia. Toda imagen grande tiene un fondo onírico insondable y sobre ese fondo el pasado personal pone sus colores peculiares. Por lo tanto, ya está muy avanzado el curso de la vida cuando se venera realmente una imagen descubriendo sus raíces más allá de la historia fijada en la memoria.



Pareciera que Bachelard estuviese contemplando esta serie Durmientes ¿verdad?...que estuviese mirando esta bella Durmiente entre abedules.


Te dejo un abrazo

JosepMª dijo...

Metamorfosis.
Hay un punto,
en la cabeza del dibujo,
que no sé
si es cabello
o brizna vegetal.
Aunque,
a primera vista,
pudiera parecer inquietante;
tras una segunda mirada,
(con guiño)
ese rostro
transmite
serenidad.

L@s amantes
no necesitan jaulas.
Ni cadenas.

Aunque
el Amor
sea tan leve
como tus plumas.




Anónimo dijo...

Magnífico dibujo.
Me acerca la experiencia puesto que me introduce en él, al tiempo que a la contemplación. Me encanta como usted nos da imágen del proceso de la obra. El tema tan vital, como femenino y suave.
Gracias por darme a conocer a la poeta. También me encanta, y nos dice,con usted.

Inés González dijo...

Querida Carmen:
Bacherlard no sólo ha investigado e investiga en el campo filosófico de la naturaleza y la creatividad, sino también en el psicoanalítico, este texto que nos dejas refleja a las claras todo su pensamiento abarcador con respecto a una imagen grande.
En mis imágenes sí está esa carga genética a la que te refieres, o histórica personal, para abarcar mucho más, otras lecturas y discursos múltiples.
Yo diría que pienso en Bachelard, o me identifico con su pensamiento, o me encuentro en cada una de estas creaciones.
Un abrazo muy fuerte

Inés González dijo...

La elección de estos Durmientes querido Josep no es al azar, todos ellos revisten un interés especial para mi, no tanto por sus rasgos, debe haber un punto de fascinación que abarque muchos aspectos de las características como individuos.
Esta Durmiente es joven y llena de vida, también de ilusiones y temores, de imaginación desbordante como esa hiedra sin freno que invade el papel.
El amor es leve o breve?
Un abrazo fuerte

Inés González dijo...

Anónimo:
Me alegra que disfrute con estos dibujos.
El proceso y registro fotográfico es esencial para mi, y creo para quienes con entusiasmo lo siguen.
Nos introduce con placer en el "hacer", en esa urdimbre sin tiempo y sólo entrega al arte.
Como amante de la poesía disfruto poniéndoles voz, pero no crea que busco y re busco, no, más bien la imagen y el poema se encuentran. Es muy mágico.
Un saludo cordial.
Y muchas gracias por su comentario.

Anónimo dijo...

Su comentario, gracias. Gracias por todo, por compartir. Admiro, aprecio su trabajo. Que la imagen y poema se encuentran ... eso se siente.. y lo veo al rompe. Es su (el) dibujo, su composición, su expresión... y, la poesía que contienen lo que con-mueven - y, particularmente a mí- de lo que digo: me hace introducirme, en esta Durmiente entre abedules.
:)L.

Inés González dijo...

Anónimo: sólo queda el agradecimiento frente sus palabras, me estimula e impulsa a seguir con entusiasmo compartiendo como bien dice todo este proceso creativo.
Un cordial saludo!