sábado, 26 de febrero de 2011

Perlas de añoranza



















Amigos entrañables que dejé en Libia, noviembre de 2010

Bucarest

Como un día después debían comenzar las deportaciones, vino de noche Rafael, vestido con una vasta desolación de seda negra, con capucha, sus miradas ardientes se cruzaron sobre mi frente, arroyos de vino comenzaron a correr sobre mi rostro, se desparramaron por el suelo, los hombres los sorbían en el sueño.-Ven me dijo Rafael, colocando sobre mis hombros en demasía relucientes una desolación semejante a la que él llevaba. Me incliné ante mi madre, la besé incestuosamente y salí de la casa. Un enorme enjambre de grandes mariposas negras de los trópicos me impidió avanzar. Rafael tiró de mí hacia él y bajamos a la línea del tren. Bajo los pies sentí los rieles, oí el pitido de una locomotora, muy cerca, el corazón se me hizo un nudo. El tren pasó sobre nuestras cabezas.
Abrí los ojos. Ante mí había en una extensión infinita un gigantesco candelabro con miles de brazos.-¿Es de oro? le susurré a Rafael.-De oro. Subirás a unos de los brazos para que cuando yo lo haya alzado en el aire lo puedas fijar en el cielo. Antes del amanecer los hombres podrán salvarse cuando vuelen hacia allí. Yo les indicaré el camino y tú les das la bienvenida. Subí a uno de los brazos, Rafael pasó de un brazo a otro, los tocó uno tras otro, el candelabro comenzó a elevarse. Una hoja se posó en mi frente, precisamente allí donde me había alcanzado la mirada de mi amigo, una hoja de arce. Miro a mi alrededor: esto no puede ser el cielo. Pasan las horas y nada encuentro. Lo sé: abajo los hombres se han juntado, Rafael los ha tocado con su finos dedos, también ellos han subido y yo sigo sin detenerme.
¿Dónde está el cielo? ¿Dónde?

Poemas y Prosas de Juventud, Paul Celan.

4 comentarios:

miarte Mirtya Huizzi dijo...

Ay Inés...como estará tu corazón, no hecho un nudo sino un ovillo...
Tan cerca estabas de lo que tu presentimiento te descubrió esa noche que llegaste a Benghazi, esa extraña sensación es lo que ocurre ahora...las sombras de una ciudad arrasada.
Las fotos dialogan...
Un abrazo

Shandy dijo...

“Fue un paseo increíble, estoy muy contenta amiga, llena de una sorpresa inesperada con este país que se me ha metido en la sangre en tan poco tiempo, tengo ganas de quedarme, y seguir, seguir mirando, recorriendo...
Tengo imágenes metidas en la cabeza, paisajes humanos y de esta tierra seca, roja y pura, he descubierto que el desierto ejerce en mí más poder que el trópico”.
28-11-2010

Hace tres meses, con motivo de tu viaje a Cyrenia y Apolonia, me escribías esas emotivas palabras. Más allá de los prejuicios construidos, supiste trascender la mirada para acercarte a las gentes de Libia. Las fotos son entrañables. La sonrisa de unos niños no la puede borrar ningún hijo de perra. Ellos son la esperanza, el futuro.
La prosa de Celam es espléndida. Pero nada mejor que tus palabras, tus recuerdos y esas fotos para expresar la nostalgia y el cariño que te inspira el pueblo Libio.
Que estas fotos tan llenas de vida sean un conjuro contra toda la tristeza y el dolor.
Un abrazo fuerte

Marudemarbella dijo...

Querida Inés,
llevo varios días fuera de casa porque han operado a mi marido, y no he dejado de pensar en lo que está ocurriendo y si tu marido está a salvo.
Hoy me he desplazado a mi casa y he encendido el ordenador para ver si leia algo en tu blog, y espero que esté todo controlado y que esté a salvo.
Espero de corazón que este pais y todos los oprimidos puedan resurgir y que la democracia y paz llegue pronto para todos.
Un beso grande.
Maru

El peletero dijo...

El cielo y el infierno está en tus manos, en lo que ellas hicieron, en tu imaginación y en lo que ella inventó, en esos besos dados a una madre y en los que ella te dio a ti. ¿Dónde está el cielo?, cada vez hay menos tiempo.