jueves, 9 de diciembre de 2010

Canciones de caravana














El sol era abrasador, a pesar
de la hora,
y había por allí sillas de mimbre, reposeras
laqueadas,
y el viento sacudía los grandes toldos color de
pavo real
(oigo esos golpes).
A un balcón empinado, en forma
de pecho de oca,
se asomaba mi madre; pestañas
blancas de polvo,
pasos
por calle estrecha.
De atrás de los ricinos llegaban
canciones bárbaras
de caravana;
no recuerdo haber necesitado menos
en otro momento de mi vida.

Rafael Bielsa
Cementerio de Ghadames, Libia, Noviembre de 2010.

2 comentarios:

El peletero dijo...

Nada hay más parecido a una caravana que un cementerio.

Las canciones bárbaras las podemos sólo imaginar o, en el peor de los casos, adivinar, porque si las llegamos a oír es que ya estamos muertos y enterrados.

Saludos.

mateosantamarta dijo...

Son impresionantes estas tumbas austeras y ajustadas escrupulosamente a la tierra de la que procedemos.
Quizá, de algún modo, cumplan el papel de madre en el balcón FINAL DE LA VIDA.
Algún día oiremos esa canción.
Un fuerte abrazo.
Estuve ayer por aquí.