lunes, 22 de diciembre de 2008

Taxografías



¡Qué diferencia de emoción existe
entre el surco derecho y el izquierdo,
entre esa rama baja y esa alta!
La belleza anterior a toda forma
nos va haciendo a su misma semejanza.
Y es que es así: niveles de algún día
para caer sin vértigo de magias,
en todo: en lo sembrado por el aire
y en la tierra, que no pudo se rampa
de castidad. Y así tiene que vernos.
La luz nace entre piedras y las gasta.
Junta de danzas invisibles, muere
también amontonándose en sus alas.
Pero es distinto ya, es distinto, es
tan distinto que puede hacerse nada.
Si breve es el ocaso que alguien hubo
de iluminar, ahora yo de cada
cenit voy mendigando una ladera
como el relente un sol de lo que mana.
Miro a voces en ti, mira ese río
en la sombra del árbol reflejada
igual, lo mismo, entre la diferencia
de emoción, del sentir, que hace la escala
doblemente vital. Leche de brisas
para dar de beber a la eficacia
de los caminos blancos, que se pierden
por querer ir donde se va sin nada.
Ah, destempladme. ¿Quién me necesita?
¿Quién tiembla sólo de pensar que el alba
o algún pájaro vuelan hacia un lado
más suyo? Rama baja y rama alta.
La belleza anterior a toda forma
nos va haciendo a su misma semejanza.
Claudio Rodriguez

lunes, 15 de diciembre de 2008

Combates


Cuando empiezo algo nuevo, cuando arranco de verdad, los días siguientes son bellos.
Primero, una noche diferente. La imágenes de sueño habitualmente débiles y tan pronto aparecidas como olvidadas, las imágenes se presentan admirables. Las contemplo. ¡Qué espectáculo!¡Y el bien que me hacen!¡Y el color que tienen!
Por la mañana, al despertar, el mundo está lavado. los cojines de la salud me sostienen. Tengo riñones nuevos.
Esto durará varios días, luego atenuación, luego otra nueva atenuación (pero con el conjunto del yo más a sus anchas, demasiado a sus anchas tal vez. Habrá que torpedearle dentro de poco), un nuevo modus vivendi se ha instalado, secreto aún, que se le escapa a todos. He sido nuevamente infiel a mí mismo.
Ayer di con ella, esta vez sí, con la pintura al óleo (aunque anunciado, el hallazgo, cincuenta veces, y yo cincuenta veces timado; pero no había ningún"buen día de mañana")
Este elemento pastoso, pegajoso ( lo que más detesto en las cosas y en los hombres y en las mujeres: el pegamento), pues bien, esta vez, sé que voy a sacar algo de ello. Podemos incluso quedarnos algún tiempo sin hacer nada. Sé que eso está ahí. Nos esperamos...
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Pero muy pronto alergia a los barnices, a la trementina, a la gasolina, y ahí tenemos una nueva barrera que se levanta entre nosotros.
Del libro "Escritos sobre pintura" de Henri Michaux

viernes, 28 de noviembre de 2008

Paisajes


Paisajes apacibles o desolados
Paisajes de la carretera de la vida más que de la superficie de la Tierra
Paisajes del Tiempo que corre lentamente, casi inmóvil y a veces como retrasado
Paisajes de los jirones, de los nervios lacerados, de las "saudades"
Paisajes para cubrir la llagas, el acero, la esquirla, el mal, la época, la cuerda al cuello, la movilización
Paisajes para abolir los gritos
Paisajes como quien se pone una sábana sobre la cara.
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Nacido, criado, instruido en un medio y una cultura exclusivamente de lo "verbal", pinto para descondicionarme.
Aquí también, un día, tarde, adulto, me entraron ganas de dibujar, de participar en el mundo por medio de líneas.
Una línea antes que líneas. Así que empiezo, dejándome llevar por una, una sola a la que dejo correr sin levantar el lápiz del papel hasta que de tanto vagar sin asentarse en aquel reducido espacio, advenga necesariamente la detención. Una maraña, lo que se ve entonces, un dibujo como deseoso de entrar en sí mismo.
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A Trazos
Gestos más que signos
comienzos
Despertar
más despertares
A Trazos
Aproximarse, explorar a trazos
Aterrizar a trazos
extender
alterar a trazos
suscitar erigir
despejar a trazos
Deshacer
desviar
atraer nuevamente
rechazar
arrugar
insignificar a trazos
Horadar
empujar
buscando
buscando siempre LA SALIDA DE LA MADRIGUERA
Para liberar
Para soltar
para desecar
para desbloquear
para hacer estallar
En las fronteras siempre
olfateando el mal que se oculta
la enfermedad que comienza
los asaltantes que se preparan
Para lograr horadar el muro invisible
que siempre presente, rodea
Escalas por trazos
escalas en la larga, adormecedora navegación
Contra los barros
contra el paralizante secreto
contra todos los aglutinantes
los engatusamientos
las invasiones-contagios
que sobre el ser vigilante pesan
y entumecen, nebulizan, homogeneizan
Direcciones por los trazos
cambiadas, multiplicadas
estalladas por los trazos
Contra las alambradas de hoy
contra el descuartizamiento de mañana,
sobre la Tierra nuevamente en peligro
sobre el planeta actualmente en el punto de mira
Para el despojamiento
para los vuelcos
para desmantelar
para desrealizar
...vigilando la caldera
Trazos, para hacer caso omiso
trazos-zancadilla.
Contra lo que retiene, detiene, entumece
contra el estancamiento
APOYÁNDOSE EN LOS TRAZOS A MODO DE ABORTANTES
Contra el adversario disfrazado de cotidiano
contra los que nos "acortan los días"
En el borde del pozo de lo Incomprendido
Cura por los trazos
desembragues, golpes de timón por los trazos
Trazos: nuestra terapia, nuestra higiene,
nuestro perímetro defensivo
Supervivencia por los trazos
Para desprenderse sí mismo, para recuperarse a sí mismo,
para volver a desprenderse de sí mismo
para soltar, para desrealizar por los trazos
PARA CAMBIAR
para a la larga terminar por cambiar realmente el ser
que nos ha sido entregado como regalo
como una carga más bien, el día de nuestro nacimiento
y mucho antes
Contra la deriva
contra el paso
de las reiteraciones
para un nuevo escenario
Contra el jornalero servil
Contra la predestinación
REVANCHA POR LOS TRAZOS
Al fin de abrirse a otros encuentros
para desglutinar
para el desestablecimiento
Múltiples
en ningún caso uno
no reducido a uno
Para sembrar, para desparramar
Contra los adictos de lo Escrito
postes que en todas partes han de volcarse
para renacimiento
ofreciendo nuevos azares
Arranque por los trazos
contra el fasto, el despojamiento
contra el énfasis, la reducción
Negación, sustracción, RETIRADA POR LOS TRAZOS
Del nacimiento a la muerte, un trazo
modelo universal
De la mañana a la noche
de lo unicelular a la ballena
de la recolección a la industria
Trazos irreductibles de lo elemental,
sin alarmas sin ornamentos
primer debut y último de los trazos
de la tribu a la Sociedad
de la mano al imperio de los despachos
Trazos más pequeños que los más pequeños, en todas partes
bastoncillos ínfimos que escapan a la vista
trazos infinitamente saben expandirse, multiplicarse
dentro de los cuerpos humanos impotentes
Dueños de las enfermedades
Vuelta a lo puro, a lo sobrio, a lo estoico
de un trazo tacharlo todo
tachar ayer
tachar los debates,
los edificios, las empresas,
las intervenciones que agreden
las peticiones que berrean
la guerra, su guerra
la que viene, enorme
la auténtica Primera
misiles que caen de los cielos,
que no tendremos tiempo de ver,
trazos, la duración de un instante
poniendo fin a todo
para siempre
A TRAZOS
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Del libro "Escritos Sobre Pintura" de Henri Michaux

martes, 25 de noviembre de 2008

Atravesar el vidrio


Estás aquí de nuevo
te veo entrar por la ventana
atravesar el vidrio
y sentarte en el piso
con las piernas abiertas
ensayas un gesto
que trae el olor de la resina
o de madera estacionada
en un aserradero
ensayas otro gesto
simulas abrirte la blusa
o el color de tu piel
que es barroca
renacentista o
coloquial
pero sobre todo oscura
hermética como la voz
que sale de tus pechos
o de la blancura de tus dientes
Abro la sed abro
el deseo de
decir tu nombre
la hoguera
del mundo de bocas
cerradas
abro y saqueo tus
baúles
el oro de las axilas
o el marfil de tu saliva
y aprieto tu voz
ahogada en el grito
de las sonajas
del alfabeto
de la araña blanca
que anida
en tus pestañas.
Del libro "Cartas de Andrea de Azcuenaga" de Juan González

martes, 18 de noviembre de 2008

Serigrafía en construcción


Mientras trabajo olvido las palabras, busco decir sin ellas, ellas que se repliegan en ese avance ciego del dibujo, de la línea que excava su silencio y se convierte en palabra desmemoriada que ha perdido su rumbo.Es el aire el que habla, surco abierto, laberinto que esparce y comunica su abismo.
La claridad se aprende, cuando la herida aprende a no doler.
El artista grabador, al igual que el poeta, carece de argumentos. Su verdadero viaje comienza en el no sé; en el sometimiento y la liturgia de la palabra viva arrancada al silencio, del trazo orgánico, capaz de despertar a la materia inerte. Paradójica libertad creadora contenida en el obedecer. Es la contemplación del otro la que dibuja una mirada que descifra lo que sentimos, pero dejando siempre una zona de veladura, oculta tras la luz.
Ahora es noche cerrada. El fuego falso exhala sus últimos estertores. El rescoldo se rinde a la ceniza. Más allá del cristal, el paisaje no alumbra, entenebrece. Sólo el sonido existe. Sobre la mesa arde una tenue luz, abierta surco a surco. Alrededor, quedan restos, virutas, pedazos inservibles, limaduras, destellos. Dentro están las sombras, los paraísos. Las palabras regresan sin decirse.
Del libro "Sombras y Paraísos" de Rosana Acquaroni

sábado, 15 de noviembre de 2008

Palabras para una ciudad


Te construí en un sueño
un sueño de altas torres y jardines
ciudad río inmóvil
niebla deshecha por el viento
sube a mi voz ahora
y recorre conmigo
las memoriosas calles
el olvidado polvo de tu nombre
y vuelve vuelve desnuda
a desandar el tiempo
a rescatar tus imágenes perdidas
oh lámpara lejana
oh delgada sustancia
que vienes invadiendo
la zona del olvido
una muchacha iluminada
te sostiene en su arco
te construye en un día
piedra a piedra
sobre el tiempo
sobre la hierba
sobre la sed del verano
cerca de un río
en un espacio de pájaros y nubes
de pronto emerges
como una multitud de mariposas
con un cuerpo de luces y colores
con calles y avenidas
y barrios de viejos acordeones
alguien te habrá visto crecer
y habrá buscado debajo del musgo
después de muchos años
el tiempo de su infancia
algo una campana entonces
sonaba limpiamente en el aire
pero el tiempo pasa
corre preñado de grandes
y veloces días.
Del libro "Mandatos y Revelaciones" de Juan González

domingo, 9 de noviembre de 2008

Diseminación


YA NO hay recuerdo de los manantiales. El escultor de sombras
hunde sus manos en el silencio: crece el silencio y sus lentos cuchillos
entran en los sepulcros...
"Lápidas" de Antonio Gamoneda

lunes, 3 de noviembre de 2008

Algunas imágenes de mi taller




El misterio de la creación es inmenso
como la oscuridad de la noche.
La falsa ilusión del saber es como niebla
en la mañana.

Del libro "Pájaros perdidos" de Rabindranath Tagore







jueves, 23 de octubre de 2008

Diseminación


El viaje
No hay viaje sin naufragio
ni horizonte sereno,
recuerda estas verdades cuando se alcen las olas,
cuando tu triste cuerpo tendido en el camino
añore la grandeza de batallas pasadas,
las fauces codiciosas que buscan tu carne,
el hierro decidido que hundiste en el costado
porque no hay muerte ilustre
si no la necesaria
y nunca nos es dado elegir el paraje.
Eres la espiga seca que ha dispersado el viento,
el náufrago azotado que se aferra al madero
y no ha de serte extraño si la isla que sueñas
se aleja eternamente entre rugientes olas.
¿Qué esperabas acaso desafiar los mares,
al enfrentar los monstruos que aguardan el camino?
Solo la lucha es cierta,
jamás nuestra esperanza
y solo ha de salvarte
la fe del desterrado,
del hombre que navega
con temores,
con ansias,
sometido a los riesgos del mar
y del abismo.
Del Libro "El hacha de piedra" de Samuel Serrano

lunes, 13 de octubre de 2008

Well


Delirio en la transparencia
Lámparas deshojadas.
Luminaria terrestre,
frontera itinerante
al frescor de ventanas.
Agua árida
que desnuda las raíces de la tierra.
Lámparas que sostienen
la luz de la memoria.
Del Libro "Sombras y Paraísos" de Rosana Acquaroni

domingo, 28 de septiembre de 2008

Diseminación


Las imágenes, una que las centra
en planetaria rotación, se borran
y suben a un lugar por sus impulsos
donde al surgir de nuevo toman forma.
Por eso yo no sé cuáles son éstas.
Yo pregunto qué sol, qué brote de hoja
o qué seguridad de caída
llegan a la verdad, si está más próxima
la rama del nogal que la del olmo,
más la nube azulada que la roja.
Quizá, pueblo de llamas, las imágenes
enciendan doble cuerpo en doble sombra.
Quizá algún día se hagan una y baste.
¡Oh, regio corazón como una tolva,
siempre clasificando y triturando
los granos, las semillas de mi corta
felicidad! Podrían reemplazarme
desde allí, desde le cielo a la redonda,
hasta dejarme muerto a fuerza de almas,
a fuerza de mayores vidas que otras
con la preponderancia de sus fuego
extinguiéndolas: tal a la paloma
lo retráctil del águila. Misterio.
Hay demasiadas cosas infinitas.
Para culparme hay demasiadas cosas.
Aunque el alcohol eléctrico del rayo,
aunque el mes que hace nido y no se posa,
aunque el otoño, sí, aunque los relentes
de humedad blanca...vienes por tu sola
calle de imagen, a pesar de ir sobre
no sé qué Creador, qué paz remota...
Del libro "Don de la ebriedad" de Claudio Rodríguez

sábado, 20 de septiembre de 2008

Well


Rumor de miembros tensos, de esfínteres, de poros, al que se mezclaban el hálito inaudible de los suspiros internos que no llegaban afuera para alterar el aire, y el estridor que producían, al reavivarse, las obsesiones carcomidas, los deseos no sabidos y condenados a apelmazarse y a pudrirse en la negrura húmeda y sin fondo del propio ser, las apetencias arduas que corroen, como un fuego ignorado y frío, el firmamento interno y van llevándolo, insensiblemente, a la muerte.
Del libro "El entenado" de Juan José Saer

jueves, 4 de septiembre de 2008

A la madrugada


YA
no hay más pasión que la indiferencia. Sé
que el destino se opone a la eternidad. No haya pues
destino ni eternidad.
Sin embargo,
alguien gime en la habitación. Aún
la desaparición no es perfecta.
No
cesa la ebriedad, no viene
la lucidez sin esperanza.
Del libro "Arden la pérdidas" de Antonio Gamoneda

miércoles, 13 de agosto de 2008

De ella se decía


A veces los sueños la atormentan
y no la dejan vivir
está viajando por el atlas
de su cuarto
con un palimpsesto donde escribe
o borra las cosas que suceden
de pronto se aproximan a sus ojos
las estrellas más cercanas
y grita aterrada
me van a aplastar
van a destruir el jardín
donde dibujo los océanos
y viajo en el cristóforo colombo
pero siempre vuelve
cubierta de hojas o velos
con huellas en los pechos
o sombras de besos en la boca
son los sueños solares
mezclados con aullidos
que atraviesan las paredes
de su casa
donde vive echando lumbre
todo el tiempo o
tejiendo las telas de su ropa
con las que se cubre
o se menea
cuando cruza la frontera
donde abre las palabras.
Del Libro "De ella se decía" de Juan González

viernes, 25 de julio de 2008

Diseminación


Desde la tela
miramos juntos
el verdear
de la trama
destruida
mi mano no derramó
las ovejas
ni el aceite
de las alcuzas
ni tu pie
destruyó
los alveolos
de los dientes
ahora estás
en la cocina
parodiando
los olores
de la feria
corriendo
por los canales
de la lengua
fragmentada.
Del libro Cartas de Andrea de Azcuenaga de Juan González

domingo, 13 de julio de 2008

Well




cuerpo de voces
voces de tu cuerpo
que se funden
o resplandecen
en el espacio abierto.
Juan González "Cartas de Andrea de Azcuenaga"

martes, 24 de junio de 2008

Well



Entra otra vez en las alcobas blancas.

Grandes son las jarras de la tristeza en las manos mortales.

Entra otra vez en las alcobas blancas.


Del Libro del frio de Antonio Gamoneda

sábado, 14 de junio de 2008

Well




y giro en el espacio
arrojando luces o
fragmentos de sal
de mi lengua que crece
en la trama raída
y vuelvo a ser
movimiento
alimento de las mesas
olor en las cocinas
o en las sábanas
voz de los cuerpos
enlazados o
lengua girasol
que envía mensajes
o barcos con nombres
de semillas o vocales

Juan González "Cartas de Andrea de Azcuénaga"

jueves, 5 de junio de 2008

Sombras y paraísos


A veces el pensamiento se ensombrece de pronto

y declina el mundo aún más de prisa

y nos sobreviene una noche destemplada, una herida negra.


Rosana Acquaroni

miércoles, 28 de mayo de 2008

Hojas inesperadas


Estás en el jardín

donde todo el silencio cabe en una hoja
y el ciprés debocado por el viento
piensa llegar al mar.

Un pájaro de arena
remonta
y se desprende
río adentro,
hacia la oscuridad.

Estás en el jardín
donde todo el silencio cabe en una hoja
donde nada se junta
y todo permanece
como el haz y el envés de una mirada,
clara salina,
arteria o afluente
ingrávido nenúfar
que navega en el río mar adentro
con añoranza de sus frutos.


Rosana Acquaroni

sábado, 17 de mayo de 2008

Esta Luz


Esta Luz

Hay luz dentro de la sombra, cunde

la centella bajo alas inmóviles.

Son mortales las médulas

ocultas en la luz.

Antonio Gamoneda

jueves, 8 de mayo de 2008

Ah jardines


Esta luz

HABLAN los manantiales en la noche, hablan en los imanes del silencio.
Siento la suavidad de las palabras olvidadas.

Antonio Gamoneda

martes, 29 de abril de 2008

Hierbas excitadas por el rocío


Arden las pérdidas

Vi lavandas sumergidas en un cuenco de llanto y la visión ardió en mi.

Antonio Gamoneda

domingo, 20 de abril de 2008

Nunca la luz fue tan temprana


Ciruelo Silvestre

Y delicadamente
me estás robando hasta el recién cultivo
de mirada, pura
canción, árbol mío,
tú nunca prisionero o traicionero.
Hojas color de cresta
de gallo,
ramas con el reposo estremecido
de un abril prematuro,
con la savia armoniosa que besa y que fecunda,
y pide, y me comprende
en cada nervio de la hoja, en cada
rico secuestro,
en cada fugitiva reverberación.

Cuando llegue el otoño, con rescate y silencio,
tú no marchitarás.
Aquí, en la plaza,
junto a tu sombra nunca demacrada,
respiro sin esquinas,
siempre hacia el alba
porque tú, tan sencillo,
me das secreto y cuánta compañía:
en una hoja el resplandor del cielo.

Claudio Rodríguez

domingo, 13 de abril de 2008

Fugitiva reverberación


Sombra de la amapola

Antes de que la luz llegue a su ansia
muy de mañana,
de que el pétalo se haga
voz de niñez,
vivo tu sombra alzada y sorprendida
de humildad, nunca oscura,
con sal y azúcar,
con su trino hacia el cielo,
herida y conmovida a ras de tierra.

Junto a la hierbabuena,
este pequeño nido
que está temblando, que está acariciando
el campo, dentro casi
del surco,
amapola sin humo,
tú, con tu sombra, sin desesperanza,
estás acompañando mi olvido sin semilla.
Te estoy acompañando.
No estás sola.

Claudio Rodríguez

domingo, 6 de abril de 2008

Raíces inmóviles


Arden las pérdidas


Sobre la calcificación de las semillas, ante las flores abrasadas, en la desaparición del pensamiento, tejen la yerba manos invisibles. Temo su pureza.

Antonio Gamoneda

lunes, 31 de marzo de 2008

Heridas del viento


Arboles

¿Qué sería de los árboles sin el viento?. Su agitar de ramas. Su aletear de hojas.
Inmóviles. Imponentes, se expresarían de otra forma. En realidad lo hacen. Subjetivamente. A fuerza de imagen. De silueta recortada en el cielo. De soledad. O de bosque. O de misterio. De sugerencias. De imaginación. Cambiando de color. Amarilleando. Reverdeciendo. Cubriéndose de flores; de pájaros; de lluvia o de rocío. El llanto de la noche.
De polen, como un aserrín volador, engendrador de otro futuro aserrín. Arrojando semillas. Exhibiendo frutos.
¿Habrá en la tierra algo vivo más inmóvil que un árbol?. ¿O más imponente?.Viéndolos comprendemos el paso de la vida. Y de la nuestra. Y la de los otros. Tratamos de situarnos en el tiempo transcurrido e imaginar todo lo que sucedió mientras ellos crecían.
Y si no los hubiera, ¿cómo correría el aire y silvaría el viento de no existir hendijas, molinos, veletas?
¿Se han detenido alguna vez a dialogar con ellos? Todos tienen un idioma común y un lenguaje diferente.
¿A caso es lo mismo una hilera de pinos o una de álamos?. ¿Emiten los mismos sonidos?. ¿Han escuchado el del canto de las casuarinas. Los tubos de un órgano invisible suenan sinfónicamente. El aire se pone en movimiento y penetra en las ramas, el follaje, con suavidad, o de golpe, según la pasión desatada. Le hace el amor arrancándoles gemidos de placer.
Voces celestiales. Las fecunda. Se agitan, abandonan y murmuran en orgasmo invisible. Entre ellas se comentan como les ha ido con el viento. Inclinándose. Contándose sus experiencias. Gozando. Sin dejar de hacer sombra. Refrescando el lugar. Porque hay que disfrutarlas en primavera y verano. Nunca en invierno. El viento helado las viola. Sufren. Se resisten. No haceptan el amor a la fuerza. La penetración fría y despiadada. Responden con odio, sacudiéndose, gritando. Sometidas. En otro lecho. Si tálamo nupcial. Sin fecundidad. Sin frutos. A lo sumo ramas rotas. Son las heridas de la pasión del viento. Hasta los grabados de sus troncos, de otros amores, otras pasiones, parecerían difuminarse o llorar savia, lágrimas de resina. Y el viento sale de ellas llevándose sus secretos. Las voces de los pájaros. El piar de los nidos. El misterio de las tramas de las tela de araña. El andar de las orugas. El trajinar de las hormigas. El canto de los grillos escondidos en algún rincón de la noche. Las andanzas de Príapo. Todo ese sonido se suma al murmullo de las casuarinas. A su poesía. A su canto. Transportados por el aire en movimiento. Tibio, perfumado. Disueltos en él. Sin destino. Con la belleza de lo arcano. Nada mejor que tirarse a su sombra. Entornar los ojos y escuchar. Escuchar ese marvilloso lenguaje y soñar.
Probablemente los duendes del bosque harán el resto.

Juan Carlos Gargiulo marzo de 2008

viernes, 21 de marzo de 2008

Pesan las flores sobre las maderas atormentadas por la lluvia.


Libro del frío

Un bosque se abre en la memoria y el olor a resina es útil al corazón. Vi las esferas del sudor y los insectos en la dulzura; luego, el crepúsculo en sus ojos; después, el cardo hirviendo ante el centeno y la fatiga de los pájaros perseguidos por la luz.

Antonio Gamoneda

Hay una hierba cuyo nombre no se sabe...


sábado, 15 de marzo de 2008

Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible.


Botánica (del griego botaniké). Ciencia que trata de los vegetales (hierbas, plantas, pastos, raíces).

Raíz. Órgano que crece en relación inversa al tallo (...)// Parte de cualquier cosa, de la cual, quedando oculta, procede lo que está manifiesto.


La verdad, lo manifiesto tiene lugar en la obra de arte. Alétheia era la palabra griega para designar ese "desocultamiento", el desvelamiento de lo que permanece olvidado, callado y oculto. En Botánicas, sin embargo, el movimiento es inverso. La obra se detiene en el silencio de lo que ha querido encubrirse y desaparecer. Se resguarda en el espectro que se esconde. Cada raíz, cada rizoma son el testimonio de un jardín recóndito, en donde se guardan los secretos de la existencia. Botánicas mora en el recuerdo de un olvido.


Carolina Meloni