martes, 24 de marzo de 2009

Aire con zumbidos






te comería el alma dijiste

y sucumbíamos en el infierno

de las cacerías

la pasión de la tribu

el olor de los cuerpos bañados

por una luz roja

que encendía las ventanas

las maderas el aliento de tu boca

universal que amé en la isla de oms

o en lindau en medio de la niebla

luz de tus ojitos de maíz

del vientre de las luciérnagas

luz de la linterna de diógenes

de la vela de rimbaud

en abisinia áfrica 1880

luz que ilumina el ocio

de los gatos

en la cabeza de los niños que nacen

de un perro que ha dormido

en las hojas del otoño

es tan lenta la mañana

es tan suave la dulzura de sus dedos

corderos que pasan atropellándose

como emperadores destronados sin destino

es tanto tanta cosa pública impública

que avanza o retrocede lejos de mi cuerpo

de tus ojos que puedo mirar

cuando hueles a piedra partida por un trueno

viejo ulises están oscureciendo el agua

florida de tus poros están azufrando

el vino perlado de las bodegas del puerto

de la ciudad del buen aire

aire con zumbidos y ruido de huesos

en el fondo del río de la plata

ojos que te hablan manos que te escuchan

mira el día

innumerables brazos rodean tu cintura

escucha el sonido de los cuerpos

que vuelven de las sombras chorreando sol

son gajos que me acarician

lenguas de miel que estallan en mis manos

voy aprendiendo sus nombres

sus señas particulares

no quiero olvidar nada

ni las manchas de sangre

ni los papeles llenos de secretos

que dicen "mataron el árbol de diana

el misterio soleado de las

voces en el parque"

flecha de humus que avanza y retrocede

sombras de animales y plantas

un bisonte herido huye hacia el infinito

pero sus formas quedan

en las cuevas de altamira


Del Libro "Pasión de la Tribu" de Juan González