viernes, 20 de marzo de 2015

"Wasserflut", Torrente, Winterreise de Franz Schubert.






















































































Han caído muchas lágrimas
de mis ojos sobre la nieve;
sus fríos copos absorben
sedientos el ardiente dolor.


Cuando la hierba empiece a crecer,
soplará una suave brisa,
y el hielo se romperá en pedazos,
y la blanda nieve se derretirá.

Nieve, tú conoces mi añoranza:
dime, ¿ a dónde se encamina tu curso?
Sólo tienes que seguir mis lágrimas:
pronto el arroyuelo te acogerá.

Surcarás con él la ciudad,
entrarás y saldrás de animadas calles;
cuando sientas arder mis lágrimas,
ésa es la casa de mi amada.

Wilhelm Müller.


Canción de la vida

Los escarabajos de la noche
vienen.
Caminan por tus manos hacia el mundo.
Un viento te ha puesto
a través sobre los abismos.
Tú eres el puente y no lo sabes.


Así que duerme, duerme: pestañas no son ya signos.

Un viento te ha puesto
a través sobre los abismos.
Tú eres el puente, pero no lo sabes.
Los escarabajos de la noche
vienen.

"Bucovina" Paul Celan

Serie "Winterreise" Dibujos a tinta china s/papel Zerkall 600 gr de Inés González. Dípticos.

2 comentarios:

Carmen dijo...


Recurro, de nuevo, a las palabras prestadas, y por primera vez, a las de Inger Christensen, para dejarte una pequeña huella en esta nieve del Winterreise


las glaciaciones existen, las glaciaciones existen,

el hielo del océano Ártico y el hielo del martín pescador;
las cigarras existen; chicoria, cromo

y el iris amarillo-cromo, el azul; el oxígeno
sobre todo; existen también los témpanos del océano Ártico,
el oso polar existe, marcado como una piel
con número de identidad existe, condenado a su vida;
y la zambullida mínima del martín pescador en los arroyos

de marzo azules de hielo existe, si existen los arroyos;
si el oxígeno en los arroyos existe, el oxígeno
sobre todo; existe sobre todo donde existe el sonido i
de las cigarras, sobre todo donde existe el cielo
de la chicoria como azul turquesa diluido
en agua, el sol amarillo-cromo, el oxígeno
sobre todo; claro que existirá, claro
que existiremos, el oxígeno que respiramos existe,
adonis, lantana existen, y el interior celestial
del lago; una ensenada encerrada
con unos pocos juncos existirá, un ibis existe,
y los movimientos de la mente insuflados en las nubes
existen como remolinos de oxígeno en lo más hondo de la Estigia

y dentro del paisaje de la sabiduría la luz glacial,
el hielo idéntico a la luz, y en lo más hondo
de la luz glacial la nada, viva, intensa,
como tu mirada a través de la lluvia; esta fina
lluvia persistente que estiliza la vida, donde como un gesto
las catorce retículas del cristal existen, los siete
sistemas cristalinos, tu mirada como en la mía,
e Ícaro, Ícaro desamparado existe;

Ícaro envuelto en las alas de cera derretidas
existe, Ícaro pálido como un cadáver
vestido de civil existe, Ícaro en lo más bajo donde
las palomas existen; los soñadores, las muñecas
existen; el cabello de los soñadores con los mechones
del cáncer arrancados, la piel de las muñecas sujeta
con alfileres, el hupe de los misterios; y las sonrisas
existen, los hijos de Ícaro blancos como corderos
a través de la luz gris, claro que existirán, claro
que existiremos, y el oxígeno sobre el crucifijo del oxígeno;
como escarcha existiremos, como viento existiremos
como el iris del arcoíris en las resplandecientes excrecencias
de la hierba del rocío, hierbas de la tundra; como pequeños
existiremos, tan pequeños como un poco de polen en la turba,
como un poco de virus en los huesos, tal vez como peste de agua,
tal vez como un poco de trébol, arveja, un poco de camomila
expulsada al paraíso de nuevo perdido; pero la oscuridad
es blanca, dicen los niños, la oscuridad del paraíso es blanca,
pero no blanca de la misma manera que un ataúd
es blanco, si existen los ataúdes, y no
blanca de la manera que es blanca la leche,
si es que existe la leche; blanco, es blanco,
dicen los niños, la oscuridad es blanca, pero no
blanca de la misma manera en que existía el blanco,
cuando existían los árboles frutales, tan blancos en su florecer,
la oscuridad es más blanca, los ojos se derriten

Inés González dijo...

Estimada Ícaro: Ante todo mi profundo agradecimiento por este regalo, por este poema inmenso que he leído y releído varias veces...
Todo en él rezuma a despedida, a la belleza blanca de una partida también blanca. Como una profunda huella silenciosa que sólo la nieve deja.
Como buena danesa la poeta sabe de este crepitar azul al describir con tanta belleza ese escenario. A ese Ícaro desamparado de alas más que derretidas, congeladas por el frío sin retorno de la muerte.
Gracias nuevamente ante este aporte, una visión diferente de un Viaje de Invierno.

Abrazos afectuosos