No quedan más que señales
Se percibe
la cercanía de su cuerpo
que todo el tiempo
se balancea o emite
voces que invaden
el espacio o
los sitios donde ha llovido
donde alguien remueve
brasas para calentarse
y donde no hay otra cosa
que no sea señales
o gestos
miradas que van más allá
de los ojos
pero sobre todo bocas
que la sorben y
la devuelven humeante
como un huevo
lavas que sellan su eternidad
en los brazos de un árbol
que envuelve
sus piernas en medio
de una habitación revuelta
donde se consuma
el amor o las luces intermitentes
del deseo que habla
a través de los cuerpos
su lenguaje primitivo
y así calma su sed
en ciudades o idiomas
que se escuchan
por las bandas del dial
que su mano mueve
guiada por las parabólicas
que almacenan todos los sonidos.
Juan González (1930 Tucumán. Argentina)
Se percibe
la cercanía de su cuerpo
que todo el tiempo
se balancea o emite
voces que invaden
el espacio o
los sitios donde ha llovido
donde alguien remueve
brasas para calentarse
y donde no hay otra cosa
que no sea señales
o gestos
miradas que van más allá
de los ojos
pero sobre todo bocas
que la sorben y
la devuelven humeante
como un huevo
lavas que sellan su eternidad
en los brazos de un árbol
que envuelve
sus piernas en medio
de una habitación revuelta
donde se consuma
el amor o las luces intermitentes
del deseo que habla
a través de los cuerpos
su lenguaje primitivo
y así calma su sed
en ciudades o idiomas
que se escuchan
por las bandas del dial
que su mano mueve
guiada por las parabólicas
que almacenan todos los sonidos.
Juan González (1930 Tucumán. Argentina)
De la Serie "Tras la Huella de Karl Blossfeldt" Dibujos a tinta china s/ papel de Inés González
2 comentarios:
- Oiga,Usted tiene una pelvis con forma de nido.
- No, mi pelvis es un nido, y yo soy un árbol semialado.
- Sus alas me recuerdan a las cartas recién abiertas por las manos de un mago.
- Es que aquí hay más magia de la que Usted se cree, y sin truco.
- Oiga, ¿y Usted por dónde practica el sexo?
- No lo practico, me lo practica cualquier pájaro que me añade una rama o un pedazo de barro a la pelvis.
De 'Diálogos favorecidos', Ceferino Amable Pérez.
Qué curiosos estos Diálogos favorecidos, Tempero, los desconocía completamente.
Van como un guante a esta mujer-nido-ángel, aportan granos de imaginación a la imagen.
Aunque la sitúan en una actitud pasiva y de receptáculo.
Ella no practica el sexo, pero sí se lo practican, será que está más allá de las pulsiones e instintos humanos, y simplemente recibe agradecida de la naturaleza todas sus bondades.
Un ángel en toda regla, porque dicen que los ángeles no tienen sexo, no?
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