sábado, 9 de enero de 2010

Océano














Los nacimientos

Todo era ser substancia temblorosa,
pétalos carniceros que mordían,
acumulada cantidad desnuda,
palpitación de plantas seminales,
sangría de húmedas esferas,
perpetuo viento azul que derribaba
los límites abruptos de los seres.
Y así la luz inmóvil fue una boca
y mordió su morada pedrería.
Fue, Océano, la forma menos dura
la translúcida gruta de la vida,
la mano existencial deslizadora
de racimos, las telas del ovario,
los germinales dientes derramados,
las espadas del suero matutino,
los órganos acerbos del enlace:
todo en ti palpitó llenando el agua
de cavidades y estremecimientos.
Así la copa de la vida tuvo
su turbulento aroma, sus raíces,
y estrellada invasión fueron las olas:
cintura y plenitud sobrevivieron,
penacho y latitud enarbolaron
los huéspedes dorados de la espuma.
Y tembló para siempre en las orillas
la voz del mar, los tálamos del agua,
la huracanada piel derribadora,
la leche embravecida de la estrella.


Los nacimientos Canto general Pablo Neruda

2 comentarios:

mateosantamarta dijo...

Bien por Neruda! Hermoso poema acompañado de delicadas fotografías muy acordes con él. Un fuerte abrazo. Tu blog es para mí un lugar de paseo agradable.

virgi dijo...

Líneas, círculos, colores, mar.
Neruda, mi amor de juventud en Residencia en la tierra.
Un abrazo