jueves, 11 de junio de 2009

Alrededor de lo sabido





Se sentó con cuidado y puso los brazos sobre la mesa.
Tengo algo que deciros. Seguro que ya lo sabéis. Os lo habéis podido imaginar, os lo han podido sugerir, pero quiero decíroslo yo.
La madre no se permitió parpadear. El hermano sonrió maliciosamente. El padre adoptó el gesto severo de cuando recibe una noticia inesperada, por sí acaso.
Lo que os voy a contar es la razón por la que durante todos estos años he sido inaccesible, distante, desagradable e incluso borde.
Cállate- la madre arrugó la servilleta con cuidado- Ya lo sabemos.
¿Qué es lo que sabemos? Dijo bruscamente el padre con la taza en la mano. Yo no sé nada de lo que estamos hablando. ¿De qué estamos hablando?
Estamos hablando de mí.
Y, ¿qué es lo que no sabemos de ti? Lo sabemos todo. Eres nuestro hijo.
La madre se levantó de la silla y se puso a recoger la mesa.
A veces creo que no te enteras de nada.
Él le puso la mano sobre el brazo y la agarró con fuerza.
El padre la miró con ojos suplicantes.
Ya ha llegado el momento, ¿verdad?
Hace mucho que está aquí. Ya deberías haberte hecho a la idea.
La madre se giró, abrió el grifo y empezó a fregar. El padre miró la taza vacía.
¿Puedo decir algo? ¿Puedo terminar?
Hijo, ya no hace falta. Ahora no


Les regalo este cuento breve del joven escritor madrileño Iñaki Echarte Vidarte, forma parte del libro "Blues y otros cuentos" que hace unos poquísimos días presentó en la Feria del Libro de Madrid.

"Encontramos en Blues un verdadero arte de superficie: un inquietante cruce entre lo real y lo asombroso, entre el lenguaje y la vida, las palabras y las cosas. Se trata de un verdadero universo de intimidad: la intimidad de un silencio, de una mirada, de una despedida. Resonancias de un mundo interior todo tan implícito y desgarrador. No la intimidad de lo inefable, de lo oculto, ni siquiera del secreto, sino, presisamente, esa simple intimidad de lo más evidente y, por ello, de lo más trivial: de esas pequeñas vidas absurdas que se desmoronan en las grietas de sus insignificantes existencias. Blues nos hace partícipes de ese crack-up insubtancial que nos conmueve, nos entristece y fascina."
Carolina Meloni

2 comentarios:

virgi dijo...

Muy afinada la historia. Me recuerda a J. Salter y a R. Carver.
Un abrazo, Inés, por colgar tus trabajos y acompañarlos de esa historia. Los nudos nos retuercen la mente, nos asfixian.

Tempero dijo...

Inés:

Concibo ese nudo tuyo como una mecha entre encuentros. Como mecha también es el cuento que nos presentas. Es así como llamo yo a ese tipo de cuentos sostenidos donde hay mucha información oculta y que un día se revela, más bien se rebela como si estallase. Cuento mecha o realidad común en muchas familias donde las cosas pasan y no se atienden; hasta que un día...poooomm.

Besos, maja.