¿Qué nos queda una vez que hemos bajado hasta ahí?
El rostro;
el rostro que encierra "ese tesoro, esa pepita de oro, ese diamante oculto" que es el "yo" infinitamente frágil, estremeciéndose en el cuerpo;
el rostro sobre el que fijo mi mirada con el fin de encontrar en él una razón para vivir ese "accidente desprovisto de sentido" que es la vida
Milan Kundera
1 comentario:
Muy hermoso lo que aquí estás transmitiendo, incluso me he emocionado, poco puedo más decirte.
Me encanta este homenaje.
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